Los vuelos ida/vuelta desde España no están incluidos en la tarifa del viaje, así podrás decidir desde dónde salir, a qué hora y con qué compañía aérea prefieres... ¡Lo hacemos así para darte la máxima libertad de elección!

Check-in en el hotel en la zona de Puerto de la Cruz y reunión de bienvenida. ¡Estamos más que listos para empezar a disfrutar del mar y del sol de la preciosa Tenerife! Al fin y al cabo, estamos aquí para ello. ¡Que empiece el viaje!

Nuestra aventura empieza con El Caletón de Garachico, donde por fin nos pondremos el traje de baño: aquí se encuentran de hecho unas piscinas naturales increíbles. ¿Estará el agua fría? No nos importa, ¡al agua! Nuestra última parada de hoy, si tenemos tiempo, es Icod de los Vinos, donde podremos admirar un "dragón" milenario -y no, no hablamos de los dragones del Trono de Hierro, sino de un árbol increíble-. Terminaremos este primer día con una cena de bienvenida llena de platos locales riquísimos.

Tenerife es una isla, y el mar es obviamente el protagonista indiscutible de este lugar, por lo que le dedicaremos el día de hoy. Saldremos a bordo de un catamarán hacia el horizonte, listos para navegar - ¡el agua está muy fría! Cruzamos los dedos e incluso esperamos avistar delfines y ballenas; si la temporada es propicia, ¡las posibilidades son altas! Finalmente regresamos a tierra firme justo a tiempo para la puesta de sol, que admiramos desde Abades.

Hoy nos espera una tarde "espeluznante". ¿Quién habría imaginado que existe... un pueblo fantasma en la isla? Nos referimos a Abades, que se construyó para contener a los leprosos durante la epidemia de 1942; no se sabe si llegó a estar habitado, pero hoy quedan varios edificios, muchos decorados con murales. La visita es obligada, y además no muy lejos hay una playa poco concurrida, ¿qué más se puede pedir?

¡Buenos días Tenerife! Otro día, otra playa: hoy llegamos a El Médano, considerado el destino bohemio de la isla y un paraíso para los surfistas y todos los amantes de los deportes acuáticos. ¡No hay mejor lugar para dar la primera clase de surf de este viaje! Si la tabla no es para nosotros, no pasa nada: ¡la playa siempre está ahí para darnos la bienvenida!

Después de una buena comida a base de pescados (imprescindible en Tenerife), nos espera una tarde de relax en la playa de la Tejita: ¡disfrutemos de unas horas de relax antes de ganarnos otra puesta de sol de muerte con una pequeña caminata hasta la cima de la Montaña Roja!

Tenemos dos días más para disfrutar de Tenerife como es debido: dedicamos la mañana al mar, moviéndonos entre las playas que más nos gusten y que hemos puesto en nuestros "lugares imprescindibles" aquí en la isla. Después, ¡vayamos al teleférico para llegar al Parque Nacional del Teide, donde se encuentra el pico más alto no sólo de Canarias, sino de toda España! (Unos impresionantes 3.715 metros de altura) Es, además, ¡el tercer volcán más alto del mundo! Lo exploraremos en toda su majestuosidad, recorriendo los senderos entre bosques y nieves perpetuas. Nos quedaremos hasta el atardecer porque te aseguramos que desde aquí arriba es otra historia.

Por fin mar... ¡pero primero hay que ganárselo! El primer objetivo del día es una caminata hasta el Semaforo de Igueste, para disfrutar de una vista increíble de la parte norte de la isla. Después de ponernos en marcha, dedicamos la mañana a broncearnos y a despeinarnos con el viento (esperemos que no sea demasiado fuerte, nunca se sabe). Llegamos a la playa de Las Teresitas, una de esas playas de postal que uno se imagina cuando piensa en Canarias: arena dorada, agua cristalina y hasta palmeras. Tomamos nuestro rinconcito en la playa y disfrutamos de la paz.

Como el mar no nos basta, hoy también nos vamos de excursión al bosque, ¡pero no al de los cuentos! Se llama Bosque de Anaga -o Parque Rural- y es una experiencia que no hay que perderse, pues nos lleva a descubrir una de las vistas naturales más bellas de todo el norte de Tenerife.

Como este es el último día de nuestro viaje, somos libres de decidir cómo emplear nuestro tiempo: nos hemos dado cuenta de que Tenerife es mar, pero también preciosos paisajes y naturaleza virgen. Así que podemos pasar el último día en la playa y darle la estocada final a nuestro bronceado, o podemos dirigirnos al interior de la isla para recorrer nuevas rutas de senderismo.

Adiós, Tenerife: ¡ha sido increíble, nos veremos pronto!