Nuestra aventura comienza en Sal Rei, una localidad animada de Boa Vista y el principal núcleo urbano de la isla. Nos instalamos en nuestros alojamientos y estamos listos para disfrutar de la primera puesta de sol en un Beach Bar, ¡y para conocernos frente a un cóctel de bienvenida, y unas tapitas!

Nuestra aventura en tierra caboverdiana comienza oficialmente esta mañana: nuestra primera parada será el famoso pecio del Cabo Santa María, un barco mercante encallado en 1968 que, con su silueta oxidada y misteriosa, se ha convertido en uno de los símbolos más icónicos de la isla. ¡Una parada perfecta para unas fotos únicas y para imaginar las historias que este naufragio podría contar! Nos dirigimos en 4x4 hacia Rabil, un encantador pueblo conocido por su rica artesanía, donde podemos admirar el antiguo arte de la cerámica tradicional. Al salir de Rabil, llegamos al Desierto de Viana, formado a lo largo de los años por los vientos alisios cargados de arena del Sahara. Aquí podemos caminar descalzos sobre la arena sahariana y, sobre todo... ¡hacer sandboarding!

Tras disfrutar de las dunas del pequeño Sahara, nos dirigimos hacia la playa de Santa Mónica, una de las más hermosas del archipiélago, que se extiende a lo largo de 18 km. ¿Buscas paz y tranquilidad sin turistas ni deportistas alrededor? ¡Esta playa es prácticamente desértica! Disfrutamos de un delicioso almuerzo antes de continuar hacia la playa de Varandinha, un paraíso de arena blanca suave enmarcado por espectaculares cuevas basálticas esculpidas por las olas. En el camino de regreso, atravesamos las dunas de Morro de Areia, conocido como el "muro de arena", para admirar la playa donde el desierto parece fundirse con el océano y capturar fotos impresionantes que serán el recuerdo perfecto de este día inolvidable.

Hoy disfrutaremos de un día relajado en una playa cercana a nuestros alojamientos, pero con un toque emocionante: ¡nos sumergimos en el mundo de los deportes acuáticos! Las aguas cristalinas de Boa Vista nos invitan a deslizarnos sobre las olas con actividades como surf, kayaking o paddle surf (SUP).

Ya seas un amante de la adrenalina o simplemente quieras probar algo nuevo, esta es la oportunidad perfecta para conectar con el océano y sentir la energía del viento y las olas. Después, podrás relajarte en la arena, con la satisfacción de haber vivido una experiencia llena de emociones.

Incluso en un paraíso tropical como Boa Vista, no hay nada mejor que salir al mar. Hoy tenemos la oportunidad de descubrir la isla desde una perspectiva diferente: a bordo de nuestra pequeña embarcación de pescadores locales.

Si queremos, ¡podemos hacer una parada para intentar pescar algo para nuestro almuerzo! En el islote disfrutaremos del día jugando, bailando, buceando... ¡pero sobre todo comiendo y bebiendo! Después, exploraremos el Fuerte Duque de Bragança, una fortaleza histórica construida en el siglo XVIII para defender la isla de los piratas. ¡Una experiencia única para disfrutar de la belleza natural y también la historia de Boa Vista!

Hoy es el día perfecto para explorar la isla de Boa Vista de una manera diferente. ¿Qué mejor forma que hacerlo en un quad? Podemos ir por las rutas arenosas, sentir la brisa del mar. Tendremos la libertad de elegir hermosos rincones de la isla para descubrir: playas desiertas, dunas infinitas y lugares secretos. ¡Una experiencia llena de adrenalina y naturaleza en su máxima expresión!

¡También podemos elegir quedarnos en la playa y broncearnos mientras leamos un libro!

Esta mañana podemos dar una vuelta por el pueblo de Sal Rei y entrar en las tiendas, empezando a buscar el souvenir perfecto. Por la tarde tendremos otra excursión e iremos hacia el "Pequeño Sahara". Cuando cae la noche sobre el desierto de Boa Vista, la atmósfera se transforma por completo. Las dunas doradas, que durante el día parecen infinitas, se vuelven misteriosas y silenciosas bajo el manto estrellado del cielo. La temperatura es agradable y el aire fresco, mientras el sonido del viento acaricia suavemente las dunas.

Este es el momento perfecto para hacer stargazing: unas guías nos enseñan la inmensidad de planetas y constelaciones que desde España nunca hemos visto. La Vía Láctea se despliega en todo su esplendor, y si tenemos suerte, podemos incluso ver alguna estrella fugaz cruzar el firmamento. Con la quietud del desierto y la belleza del cielo nocturno podemos sentirnos completamente en sintonía con la naturaleza. Después de esta maravillosa experiencia, nos quedamos en el desierto porque ¡nos espera una típica cena caboverdiana!

Hoy nos dedicamos a lo que habrá sido el lema de nuestro viaje: no stress. Aprovecharemos para dar un paseo por la orilla, y ¡nos podemos lanzar a la aventura una vez más con deportes acuáticos, si queremos! Lo importante será disfrutar del día, del sol, y de la tranquilidad que nos regala la isla!

Y esta noche: ¡última cena en un restaurante especial!

Hasta pronto Cabo Verde y ¡hasta la vista, amigos! Nos vemos en nuestro próximo viaje WeRoad.