Los vuelos desde/hasta España no están incluidos en la tarifa, así podrás decidir desde qué aeropuerto salir, a qué hora y con qué compañía aérea. Esto para darte la máxima libertad de elección.

Hacemos el check-in en el hotel de San José, dejamos el equipaje y vamos por la primera toma de contacto de la infravalorada capital de Costa Rica. Esta noche va de hacer nuevos amigos ¿y qué mejor manera de hacerlo que con una cena de bienvenida en un restaurante local? ¿Qué os parece hacer como los costarricenses y probar el casado, un plato compuesto por arroz, alubias, ensalada, plátano frito y carne o pescado? Nos espera una auténtica aventura, así que brindemos por nuestro grupazo y por los recuerdos que estamos a punto de crear.

En este viaje no perdemos ni un segundo: ¡que empiece la aventura! Después de salir del hotel y hacer una parada técnica para desayunar, tendremos nuestra primera toma de contacto con el potente río Pacuare. Desde la orilla no pinta nada mal, pero dentro es mucho más divertido, así que coge el remo y para la barca! Habrá momentos en los que el río esté calmado y podremos disfrutar del paisaje, pero otros en los que tendremos que aunar fuerzas para superar los rápidos. ¿Nos mojaremos? ¡Pues claro! ¡Si es lo que queremos!

Después de tanta adrenalina, hay que recargar las pilas. Nos merecemos una buena comida antes de salir hacia el norte rumbo a La Fortuna. Antes, esta no era más que una pequeña ciudad agrícola a los pies del volcán Arenal, pero ahora La Fortuna es el principal destino de aventura de Costa Rica. También cuenta con numerosas fuentes termales, por lo que una buena idea sería darnos un buen baño relajante antes de la tarde movidita que nos espera.

Hoy tenemos un día entero por delante en el Parque Nacional Volcán Arenal y las cosas que hacer son prácticamente infinitas - ah, por supuesto, estaremos inmersos en la naturaleza, pero claro, ¡para eso hemos venido a Costa Rica! ¿Qué hacer entonces? Podemos plantearnos hacer senderismo por la selva, intentando avistar loros y monos mientras caminamos hacia la catarata de La Fortuna, una de las más bellas del país. En la mochila metemos el bañador, ¡porque podemos darnos un chapuzón en la piscina natural que hay justo debajo de la catarata!

Si queremos disfrutar de unas vistas impresionantes y de un buen subidón de adrenalina, podemos lanzarnos en tirolina por las copas de los árboles: ¡volaremos literalmente sobre la selva! En el parque también encontraremos el Lago Arenal, el más grande de Costa Rica, donde podremos navegar en kayak con vistas al majestuoso volcán Arenal. Va a ser un día ajetreado - pero oye, ¿te acuerdas de las piscinas termales de ayer? Esta tarde podremos volver a disfrutar de ellas, y después de tantas horas en el parque, ¡serán una auténtica delicia!

Dejamos atrás el interior montañoso de Costa Rica y nos dirigimos hacia las arenas doradas de la costa del Pacífico. Pero antes, hay otra joya más que ver en Costa Rica. No podemos perdernos el Parque Nacional Volcán Tenorio con su selva tropical y sus aguas azules. Podemos decidir cómo explorar el parque: ¿hacemos una excursión hasta la famosa cascada del río Celeste o vamos por el agua abriéndonos paso a través de la jungla?

Hoy terminamos nuestro día conduciendo las últimas horas rumbo a la costa hasta la tranquila ciudad de Samara rodeada de palmeras. Nos hacemos con una mesa en la playa para cenar mirando el sol que se esconde en el Pacífico. Tenemos todo el tiempo del mundo para instalarnos en este rincón de paraíso.

Los últimos días han sido muy intensos, así que ahora, con la arena entre los dedos de los pies, la brisa marina que acaricia nuestro pelo y todos los cocos frescos que podamos imaginar, ha llegado el momento del más puro relax. ¿O no? Este pequeño y fantástico rincón de Costa Rica, además de relax, también tiene mucho que ofrecernos: clases de surf, snorkel, kayak entre los manglares o paseos a caballo al atardecer. En cualquier caso, nosotros decidimos, y lo mejor de todo es que tenemos dos días enteros para disfrutar de todo esto. Mientras cae el día, hay mil cosas para hacer. ¿Un aperitivo en la playa con música en directo? Sí, por favor.

Ha llegado el momento de trasladarnos por última vez. Volvemos a la capital de Costa Rica, donde pasaremos nuestro último día. Podemos profundizar en la vida local dando un paseo por el centro de San José, disfrutando de los músicos y bailarines que comparten su arte con los viandantes. Nos tomamos un café (al fin y al cabo estamos en Costa Rica) con un trozo de la famosa torta tres leches y observamos lo que sucede a nuestro alrededor.

Terminamos nuestra aventura con una cena de despedida, concediéndonos otra posibilidad más para probar platos típicos como la sopa de mariscos, los chicharrones o el chifrijo. Brindamos por los recuerdos que hemos creado juntos antes de continuar la celebración en algún bar del centro. Es nuestra última noche aquí, ¡así que habrá que aprovecharla!

Check-out y despedidas. Es el momento de decir adiós a la maravillosa Costa Rica.