¿Por qué pasar una semana en Miami? La respuesta es sencilla: por el sol, el mar, el ambiente y… ¡la música, por supuesto! Aquí parece que ya te has despedido de los Estados Unidos, ¡tanto es así que la gente te habla en español antes de hablar en inglés! - y de haber aterrizado en el Caribe: el ritmo es latino, el aire relajado, el mar cristalino y las interminables playas de arena blanca. Será un soplo de aire muy fresco, de esos que son imprescindibles para recargar pilas de verdad.

Miami está esperando ser descubierta, porque (spoiler) no va sólamente de mar. Nos perderemos entre las coloridas paredes de Wynwood, que atrae a artistas de todo el mundo con sus graffitis, y luego hasta La Pequeña Habana, donde podremos aprender unos pasos de salsa. Un viaje al distrito Art Deco y luego nos trasladamos a Miami Beach - aquí veremos el atardecer más bonito de nuestro viaje, de ello estamos seguros. Evidentemente también aprovecharemos para visitar los alrededores: haremos un día completo en los Cayos, conocidos por su encanto ecléctico, impresionantes puestas de sol y cultura única. Otro día, otra maravilla: hablemos de los Everglades, patrimonio de la UNESCO, un variado y complejo mosaico de humedales, pantanos de sierra, bosques de manglares y cipreses, que lo convierten en un tesoro natural a nivel global. Una última margarita y unos pasos de salsa y ya es hora de volver a casa… ¡qué rápido pasa el tiempo! ¡Adiós Miami, hasta la próxima!