Itinerario - Nápoles y la costa de Amalfi Weekend: autenticidad del sur y Positano

Los vuelos aéreos -y los traslados a tu destino en general- no están incluidos en el paquete, por lo que podrás decidir desde qué aeropuerto o estación salir, a qué hora y con el medio de transporte que prefieras. Esto es para darte la máxima libertad de elección. También se puede llegar a Nápoles en tren o autobús. Descubre cómo funciona el encuentro. 

Quedamos en el hotel a las 17:00 horas, tiempo justo para dejar las mochilas y conocernos mejor. La reunión de bienvenida es nuestra oportunidad para romper el hielo y conocer quiénes serán nuestros compañeros de aventura durante los próximos dos días. ¿Un brindis por nuestras mini vacaciones? ¡Obviamente! Pero el verdadero pistoletazo de salida es inmediatamente después: ¡Su Majestad la Pizza nos espera! Saldremos a vivir lo que en Nápoles es más que una simple comida: una experiencia sagrada. ¿Pizza margarita, marinara o búfala? Sea cual sea tu elección, acompañado de una cerveza fría será perfecto para darnos energía. Entre una charlas y risas, comienza oficialmente nuestro fin de semana. Prepárate: esto es sólo el adelanto, ¡lo mejor está por venir!

Amanecemos temprano, chicos: ¡hoy nos espera un día impresionante entre las maravillas de la costa de Amalfi! Después del desayuno, tomamos nuestro traslado a Positano. Aquí todo parece sacado de una postal: las casas de colores pastel, las calles estrechas que suben a la montaña, ¡y evidentemente el mar cristalino que nos llama! Nos perdemos entre las boutiques artesanales y hacemos una pausa para tomar un refrigerio a base de delicias locales: una degustación de focaccia y tal vez un buen helado de limón (¡porque aquí los limones son cosa seria!).

Después de explorar Positano, nos subimos al autobús público hacia Amalfi, otra joya de esta costa. El camino que recorremos es una aventura en sí mismo: curvas mirando al mar y vistas que te quitan el aliento! Una vez en Amalfi, nos espera la majestuosa Catedral de Sant'Andrea y otra dosis de bondad local: ¿scialatielli con marisco o una degustación de pizza frita? Un paseo por los auténticos callejones siempre es bienvenido. Por la tarde regresamos de nuevo a Positano en autobús público, donde nos espera nuestro transfer privado para regresar a Nápoles.

Pero ojo: ¡el día aún no ha terminado! La velada napolitana nos llama y no podemos ignorarla. Una vez en la ciudad, nos sumergimos en la vida nocturna: primero un aperitivo en un bar de moda del centro, luego una cena a base de cuoppo de pescado frito, y para los que quieran trasnochar, siempre hay una copa en uno de los clubes de historiadores de la ciudad. Entre vistas inolvidables, comida de ensueño y una velada napolitana por vivir, ¿quién quiere irse a dormir? ¡Ciertamente no lo hacemos!

Último día en Nápoles: después de habernos abastecido de farfalle y café (obligatorio para empezar con buen pie), nos preparamos para un día por vivir. Estamos en una ciudad que nunca para, ¡así que nosotros tampoco podemos hacerlo! ¿La primera parada? ¡Depende de nosotros elegir! Podemos perdernos por las callejuelas del Barrio Español, con murales apareciendo en cada esquina y tiendas de comida callejera llamándonos a cada paso. O nos dirigimos directamente al Centro Histórico: allí está la maravilla de Spaccanapoli, con sus iglesias, edificios históricos y esa verdadera Nápoles que se siente en cada rincón. No te puedes perder una visita a San Gregorio Armeno, la calle de los belenes, donde todo es artesanía y tradición. Si, por el contrario, nos sentimos más aventureros, hagamos un viaje a la Nápoles subterránea: galerías, túneles y una historia milenaria que se esconde bajo nuestros pies. Una inmersión en el pasado, entre anécdotas curiosas y leyendas fascinantes.

Para el almuerzo probaremos el famoso O' Cuzzetiello: aquí se sirve una ración más que generosa de pan tosco relleno de carnes tradicionales, como las inmejorables albóndigas con ragú, pero también provola y escarola, berenjena a la parmesana y salchichas con pimientos. ¡Un placer para el paladar que recuerda a la cocina de las abuelas! Después del almuerzo, damos un último paseo por el paseo marítimo de Via Caracciolo, con el Vesubio mirándonos desde lejos, ¡tal vez con un cono de helado en la mano! Y para terminar con broche de oro, un último aperitivo en una azotea con vistas, brindando por este fin de semana épico que llevaremos en el corazón. Son las cinco de la tarde y aquí termina el fin de semana: ¡Nápoles, nos has hechizado! ¡Hasta el próximo WeRoad!