El transporte hacia/desde Sevilla no está incluido en el paquete, por lo que podrás decidir desde dónde salir, a qué hora y con el medio de transporte que prefieras. ¡Esto es para darlt la máxima libertad de elección!

Check-in en el hotel de Sevilla (17:00 horas): ¡nuestro viaje comienza con una bebida de bienvenida! ¿Sangría, vino, cerveza o un vermú andaluz? La elección es difícil, pero sea cual sea tu favorito, será la oportunidad perfecta para relajarte y empezar a disfrutar del animado ambiente de la ciudad. ¿Y por la noche? ¡Las opciones son muchas! Quienes quieran dejarse llevar por el ritmo pueden elegir un auténtico espectáculo de flamenco, una mezcla de energía y pasión que conquista a primera vista. Alternativamente, podemos explorar los locales del centro histórico, tomando un cóctel en una terraza panorámica o sumergiéndonos en la vida nocturna del barrio de Triana. Sevilla de noche es una historia completamente diferente, ¡tú decides cómo vivirla!

¿Listo para conquistar Sevilla? ¡El día comienza con una inmersión en el corazón de la ciudad! Primera parada: la majestuosa Catedral, un espectáculo que deja sin palabras. ¿Y para los más atrevidos? Subir a la Giralda es una opción imperdible: 34 rampas (sí, ¡has leído bien!) para disfrutar de una vista impresionante de toda Sevilla.

A continuación, para los que quieran soñar, nos espera el mítico Real Alcázar con su aire de Las Mil y Una Noches. Pero ojo: la entrada es opcional y está sujeta a disponibilidad, ¡así que cruzamos los dedos! Después de mucho deambular, ponemos rumbo hacia la Plaza de España: colores, vibraciones increíbles y el lugar perfecto para tomar fotos que harán que tus amigos se pongan verdes de envidia.

Para almorzar, nos acercamos al Mercado de Triana: tapas, delicias locales y cero lugar para la culpa. ¿Dieta? ¡Hoy no, es la semana que viene!

¿Y la tarde? Termina con broche de oro en la animada Alameda de Hércules, el corazón de la vida nocturna sevillana. Entre risas, copas y música, Sevilla nos conquista incluso bajo las estrellas. ¡Vamos mochileros: esta ciudad nos está esperando!

Después de un buen café (¡¿a qué hora volviste anoche?!), comenzamos el día con un paseo por el Guadalquivir: el ambiente relajado del río es perfecto para recargar pilas y tomar unas fotos con mucha onda. ¿La próxima parada? El futurista Metropol Parasol, también conocido como "las setas", una estructura que parece sacada de una película de ciencia ficción y que ofrece una vista panorámica de la ciudad que te dejará sin aliento. ¡Alerta de Instagram!

Para el almuerzo, nos regalamos una degustación de las mejores tapas de Sevilla: tortilla de camarones, salmorejo y, imprescindible, la pringá montadito (créeme, tu vida cambiará). Entre bocado y bocado aprovechamos para hacer un poco de compras: un abanico de colores o una cerámica pintada a mano son los souvenirs perfectos para llevarnos a casa un pedacito de Andalucía.

Y luego llega ese momento triste: el adiós. Pero no hay dramas, volvemos a casa con el corazón lleno de magia, una cámara llena de fotografías y, quién sabe, tal vez nuevos amigos hechos entre alguna sangría. Sevilla nos hechizó, y seamos sinceros: ¡fue amor a primera vista!