Los vuelos desde/hasta España no están incluidos en la tarifa, así podrás decidir desde qué aeropuerto salir, a qué hora y con qué compañía aérea. Esto para darte la máxima libertad de elección.

¡Estamos en Ciudad del Cabo! Empezamos calentando motores en esta ciudad con aire europeo. De hecho, en todas partes se puede respirar el fuerte pasado colonial, sobre todo la influencia holandesa e inglesa.

La historia de Ciudad del Cabo y de Sudáfrica está estrechamente relacionada con la historia del Apartheid, así que el día de hoy empezará con la visita a Robben Island, la isla prisión donde fue encarcelado Nelson Mandela (durante nada más y nada menos que 27 años), declarada patrimonio de la Unesco. Esta isla de apenas 6 kilómetros cuadrados se encuentra a pocos kilómetros del Waterfront y es el símbolo de inspiración de la lucha por la liberación de Sudáfrica. ¡Será una experiencia realmente conmovedora!

A primera vista, Ciudad del Cabo puede parecer pequeña, pero para darnos cuenta de su inmensidad es fundamental hacer una visita a algunos de sus barrios tan variopintos y diferentes entre ellos, pero todos caracterizados por una atmósfera vibrante. Empezamos por Bo-Kaap, uno de los barrios más antiguos y fascinantes, así como uno de los más fotografiados, gracias a sus pequeñas casas adosadas de colores donde vive la comunidad musulmana. Luego pasaremos por WoodStock, convertido en una especie de design district gracias a un proceso de regeneración y, por último, podemos llegar a Gardens, la zona “de bien”, o ir hasta V&A Waterfront, el área histórica y portuaria de la ciudad.

Después de esta dosis de historia y cultura, llega la parte del día que más nos gusta, el atardecer. Esta vez será algo aún más especial, ya que lo contemplaremos desde lo alto de la Table Mountain, un macizo con una altura de poco más de 1000 metros que sobresale en el centro de la ciudad. Desde aquí disfrutaremos de una vista espectacular. Normalmente, al atardecer, esta cima se “recubre” del famoso “Table Cloth” (el mantel), una cubierta de nubes que pasa acariciando la montaña antes de disolverse hacia el océano. ¡Un efecto es-pec-ta-cu-lar!

Amanece un nuevo día y nos espera la Península del Cabo, una zona extraordinaria con hermosos senderos naturales, abundante vida salvaje, playas vírgenes y paisajes y vistas impresionantes.

Llegamos a la Reserva Natural del Cabo de Buena Esperanza, un famoso punto de referencia para los exploradores a lo largo de los siglos. Aquí, entre pequeños acantilados y una vegetación que recuerda al matorral mediterráneo, es posible avistar diversos animales como cebras, avestruces y babuinos. La siguiente etapa de nuestro día es perfecta para los amantes de los animales, ya que hacemos una breve parada en Boulder Beach para conocer a los simpáticos pingüinos africanos que deambulan libremente por esta zona. Por supuesto, a lo largo del camino podemos decidir hacer algunas paradas más para disfrutar de algunas de las playas más características de la zona, como St. James Beach, con sus coloridas cabañas.

Al final de nuestra visita a esta fantástica península, nos dirigimos hacia Stellenbosch, una elegante ciudad histórica famosa por su producción de vino. Mañana nos concentraremos en descubrir esta parte rural de la zona, hoy podemos concentrarnos en la excitante vida nocturna que este lugar nos puede ofrecer ya que también es una ciudad universitaria, empezamos en Andringa Walk donde entre animados clubs con música en vivo y excelentes restaurantes tendremos donde elegir.

Puede que no lo supierais, pero el vino en Sudáfrica tiene una historia de más de tres siglos y hoy en día es conocido, exportado y apreciado en todo el mundo. Así que nos tomamos el día de hoy para relajarnos un poco, y beber mucho -la palabra correcta sería "catar", pero seamos sinceros, somos españoles y con una copa no tenemos ni para empezar.

Nos encontramos en Stellenbosch, también conocida como la capital del vino sudafricano: extensiones de viñedos hasta donde alcanza la vista a lo largo de la Wine Route y casas blancas con tejados de paja al más puro estilo holandés (llamado Cape Dutch) son el telón de fondo de nuestro día. Degustaremos los productos locales en una de las 60 fincas de la ciudad, e incluso nos deleitaremos con un picnic al estilo inglés en una de las numerosas granjas.

Es el quinto día en tierra sudafricana y es hora de una buena descarga de adrenalina. Después de un delicioso desayuno (quizá mejor que no sea demasiado copioso), participaremos en una emocionante excursión por el valle de Elgin: volaremos nada menos que en 11 tirolinas diferentes y disfrutaremos de unas vistas espectaculares de las montañas de la Reserva Natural de Hottentots Holland.

Tras una mañana electrizante, por la tarde nos trasladamos a Hermanus, una animada ciudad en la que, si el tiempo acompaña, podremos avistar ballenas directamente desde tierra. Damos una vuelta a lo largo de los 14 km de paseo marítimo que bordea la playa, esperando que haya suerte. Si el mar está en calma, podemos alquilar kayaks y para encontrarnos más de cerca con estos magníficos cetáceos. 

Situado a orillas del océano, a unos 120 km de la bella Ciudad del Cabo, Hermanus es un pueblo majestuoso y bastante tranquilo de la región de Overberg. Lejos del ajetreo de las grandes ciudades, como Ciudad del Cabo, es el lugar perfecto para regalarse medio día de relax. No faltarán los paseos, las excursiones y las actividades, pero lo importante es estar preparados para salir inmediatamente después de comer: nos espera un largo viaje hasta llegar al Parque Nacional Garden Route. Preparémonos, porque esta noche dormiremos en un lugar muy especial, justo dentro del parque.

La "Ruta de los Jardines", un nombre que por sí solo nos hace pensar en paisajes verdes y vistas de infarto. Este gran parque alberga un sistema hidrográfico único de lagos, ríos, marismas y estuarios que suponen un recurso fundamental para la supervivencia de muchas especies animales. ¡Recarguemos bien las pilas y elijamos qué actividad nos apetece más hacer! Kayak puede ser una buena idea, ¿no crees?

Más tarde, podemos ir a Plettenberg Bay para relajarnos un poco, dar un paseo tranquilo por la playa central y charlar sobre lo que aún está por venir: ¡todavía nos queda la mitad del camino por recorrer!

Esta mañana nos despertamos tranquilamente, y mientras tomamos un buen desayuno podemos decidir qué hacer: tendremos todo el día para descubrir la bahía y sus alrededores.

La magnífica "Plett", como la han apodado los lugareños, ofrece un clima suave todo el año y aguas seguras para el baño. Arena blanca, mar azul y un paisaje de poderosas montañas de fondo: podríamos pasar todo el día admirando el horizonte, pero hay tanto que hacer aquí que seguramente no nos quedaremos quietos. Podemos dedicar la mañana a alguna actividad deportiva: ¡kayak, surf, barranquismo o buceo son solo algunas de las actividades que podemos hacer!

Después de comer, podemos hacer un safari por el Parque Nacional de Robberg o una excursión a Monkeyland y Birds of Eden, dos santuarios de animales en los que seguro que veremos muchos tipos de primates, aves de todas las especies y otros animales de la selva. En cuanto oscurece, volvemos a la laguna. Si tenemos suerte, veremos que las aguas se vuelven de color azul eléctrico y dejan estelas brillantes: se trata de plancton fosforescente. ¡Aparece cuando el agua se mueve, así que vamos a saltar y esperar la magia - es un fenómeno raro y mágico que no olvidaremos, así que definitivamente vale la pena intentarlo!

Nos ponemos dirección Puerto Elizabeth, donde tenemos que coger un vuelo interno. En el camino, sin embargo, no podemos resistir la tentación de hacer una parada en el puente de Bloukrans; en el coche llevamos la música a todo volumen para calmar los nervios porque estamos a punto de llegar al puente donde hacer puenting más alto del mundo. ¿Se atreverá alguien a saltar 216 m al vacío? Si la respuesta es no, miremos hacia abajo o veamos cómo lo hace otro: ¡seguirá siendo impresionante!

Nos ponemos de nuevo en marcha: a primera hora de la tarde tenemos un vuelo que nos llevará a Tambo en menos de dos horas. Desde allí, nos trasladaremos a Graskop, donde pasaremos la noche.

¡Buenos días mundo... y buenos días Sudáfrica! Esta mañana exploraremos Graskop, un pequeño pueblo de montaña que es la puerta de entrada a algunos de los más bellos miradores escénicos y naturales del este de Sudáfrica. Entre ellas se encuentra la Ventana de Dios, un mirador con vistas a una zona de impresionante belleza caracterizada por los bosques, y el Bajo Veld sudafricano, una vasta región cubierta de sabana. Por la tarde salimos de nuevo, el Parque Nacional Kruger nos espera... ¡por fin! Una vez en el lodge, nos disponemos a tomar una buena ducha y a pasar una noche tranquila en nuestro lodge; lo has adivinado, ¡esta noche volveremos a estar en contacto con la naturaleza!

Por fin ha llegado el gran día. ¿Conseguiremos avistar a los Big Five? Para los que no lo sepáis, nos referimos a elefantes, leones, leopardos, rinocerontes y búfalos. Disponemos de dos días completos para explorar el Parque Nacional Kruger: a bordo de nuestro jeep y con un guía local aprendemos el lenguaje corporal de los animales y cómo se comunican entre ellos, ¡y con nosotros!

El segundo día en el Parque Nacional Kruger nos da distintas opciones, ¿preferimos relajarnos y disfrutar de la naturaleza virgen que nos rodea? ¿O queremos ver de cerca a un hipopótamo? Alternativamente, podemos organizar un segundo safari dentro del parque si un día no ha sido suficiente para nosotros. Elijamos lo que elijamos, viviremos un día lleno de emociones fuertes, listos para pasar nuestra última noche juntos abrazados por una cálida puesta de sol africana.

Nos despedimos del Kruger, donde hemos dejado un trocito de nuestro corazón, y volvemos al bullicio de Johannesburgo.

Es hora de decir adiós: este viaje a Sudáfrica ha sido increíble y volvemos a casa con la promesa de volver a vernos pronto. ¡Hasta el próximo WeRoad!

N.B. Si decides reservar tu vuelo de regreso ese día, te aconsejamos que no salga antes de las 19:00 horas.