Itinerario - Estambul Express: entre el Bósforo y mezquitas

Los vuelos ida/vuelta hasta Turquía no están incluidos en la tarifa del viaje, de este modo podrás decidir desde dónde salir, a qué hora y con qué compañía aérea prefieres volar. ¡Lo hacemos así para darte la máxima libertad de elección!

Check-in en el hotel en Estambul y meeting de bienvenida. Empezamos a calentar motores dando un paseo por las calles de esta vibrante ciudad. Podemos empezar descubriendo productos locales (¡desde pescado hasta libros!) y luego llegar al paseo marítimo para relajarnos esperando nuestra primera puesta de sol en tierra turca. ¿Un primer brindis por nuestra aventura?

Es hora de sumergirnos en el corazón de esta fabulosa ciudad empezando de uno de sus símbolos: la Mezquita Azul, el edificio más fotogénico de Estambul; el nombre deriva de las más de 20 mil baldosas de cerámica color turquesa que decoran las paredes de la cúpula. ¡Seguramente nos quedaremos con la nariz en alto por mucho tiempo! El exterior tampoco se queda atrás: grandes arcos, líneas curvas y una simetría casi surrealista hacen que este lugar sea mágico. Tras la visita a la Mezquita Azul bajamos a la Cisterna Basílica, construida por mandato del emperador Justiniano, que nos encantará por su extraordinaria simetría arquitectónica, y luego continuaremos hacia Santa Sofía, que hasta el siglo XV presumía de ser la iglesia más impresionante del cristianismo: de hecho, incluso ahora en el siglo XXI, nos quedaremos sin aliento frente a la majestuosidad y la grandeza del interior, ¡especialmente de la cúpula! El juego de luces creado gracias a las ventanas y a las decoraciones doradas hacen que la atmósfera sea mística, y la cúpula parece casi flotar en el aire sobre la nave.

Para almorzar nos trasladamos al Puente Galata: ¿qué tal un suculento Balik Ekmek? El famoso bocadillo de pescado es un "must" por estos lares: ¡hay que probarlo! Con el estómago lleno, nos trasladamos al Gran Bazar, el antiguo mercado que aún ofrece puestos incluso para los más exigentes: no olvidemos probar un poco de zumo de granada recién exprimido y probar los famosos dulces turcos: ¿alguien dijo baklava? Antes de volver al hotel y prepararnos para la velada, no podemos perdernos la puesta de sol, quizá sentados cómodamente en uno de los rooftops de la ciudad.

Después de un merecido descanso, estaremos listos para otra cena memorable. Buscamos un restaurante típico y luego continuamos hacia el lugar por excelencia de la vida nocturna en Estambul: Istiklal Kaddesi.

Üsküdar es uno de los distritos más antiguos del Estambul otomano, un distrito residencial desde el principio, y aún hoy conserva estas características: hay más de 180 mezquitas en el distrito. Algunas de ellas datan de antes de la conquista otomana, por lo tanto se encuentran entre los edificios más antiguos de Estambul.

No muy lejos de Üsküdar se encuentra Kuzguncuk, un barrio habitado por población judía desde 1500 y que más tarde acogió a población griega y armenia. Kuzguncuk es uno de nuestros barrios favoritos: solo aquí puedes ver una mezquita junto a una iglesia armenia y una sinagoga junto a una iglesia ortodoxa. Kuzguncuk es un símbolo de la tolerancia y la armonía presente en el Estambul otomano en el pasado... ¡algo sobre lo que reflexionar y de lo que tomar ejemplo!

El último barrio que visitaremos es Kadıköy, que ahora es uno de los barrios más modernos y animados de Estambul.

Un momento... ¿baño turco? ¿Pero qué es exactamente?

Un baño turco tradicional es una variante más húmeda de la sauna, así que no te preocupes, es algo relajante.

En Estambul encontraremos cientos de hamames. En general, hablamos de baños turcos tradicionales, pero en los últimos años también han comenzado a aparecer los spas, con un estilo más occidental. No obstante, como estamos en el corazón de la antigua Constantinopla, ¡nosotros vamos a probar un baño turco tradicional!

No podíamos pasar la última mañana en Turquía sin ver la verdadera alma de Estambul, los inexplorados y menos conocidos barrios de Fener y Balat entre coloridas casas de madera, callejuelas estrechas y empedradas y el olor a pan recién horneado… Nos ponemos un buen calzado cómodo y sacamos a los Indiana Jones que llevamos dentro! Luego visitaremos el mercado local de especias y recargaremos las pilas con una rica comida local.

Después de comer, no hay nada como un buen café, obviamente turco, y si tenemos suerte, haremos que nos lean los posos: ¡quién sabe lo que nos desvelarán! La tarde será libre: podemos aprovechar para descubrir la mezquita de Solimán el Magnífico y el típico barrio de Fatih, con su poco conocida pero preciosa mezquita.

Después de tanta cultura y danzar de aquí para allá, no estaría mal tomarnos un aperitivo con vistas al Bósforo que, con los colores del atardecer, se vuelve aún más especial.

Finalmente, nos reunimos para nuestra última cena todos juntos. ¿Qué plan hay? Bueno, ya que estamos en Estambul (una ciudad que nunca duerme), ¿qué tal un poco de fiesta?

Check-out y despedidas. El tiempo ha pasado volando. ¡Suele pasar cuando vivimos nuevas aventuras!