Itinerario - Estambul y Capadocia

Los vuelos ida/vuelta hasta Turquía no están incluidos en la tarifa del viaje, de este modo podrás decidir desde dónde salir, a qué hora y con qué compañía aérea prefieres volar. ¡Lo hacemos así para darte la máxima libertad de elección! Check-in en el hotel de Estambul y meeting de bienvenida. Descubre cómo funciona el encuentro. Empezamos a calentar motores dando una vuelta por las calles de esta bulliciosa ciudad. Podemos perdernos en el histórico Bazar y descubrir los productos locales (¡desde pescado hasta libros!) y llegar hasta el paseo marítimo para relajarnos al sol esperando nuestro primer atardecer en tierra turca.

Hoy llega ya el momento de dejar a nuestras espaldas Estambul (pero volveremos, ¡no os preocupéis!): cogeremos un vuelo interno que nos llevará al corazón del país, en la mágica región de Capadocia. Su estratégica posición, a caballo entre Asia menor y Mesopotamia, la ha convertido durante siglos en uno de los cruces de rutas comerciales más importantes, pero también en la mirilla de muchas invasiones. Podremos ver con nuestros propios ojos por qué esta tierra ha atraído durante tantos siglos culturas tan distintas (y cómo estas han influenciado en la evolución del país). Llegaremos enseguida a la ciudad de Göreme, que ya desde el primer momento nos dejará sin aliento: entre las casas se encuentran los llamados “caminos de hadas” (¿o quizás deberíamos decir que las casas se encuentran entre estas formaciones rocosas?). Después de una rápida comida, probando el Shish Kebab, salimos enseguida hacia el verdadero espectáculo: el sitio Unesco del Göreme National Park.

Patrimonios de la humanidad de la Unesco desde el 1985, el Göreme National Park es una constelación de formaciones rocosas que se formaron debido a una serie de erupciones volcánicas. Las capas de ceniza volcánica, al solidificarse, formaron el tufo volcánico, esculpido durante siglos por los fenómenos meteorológicos: los peri bacalari (caminos de las hadas) o kalelar (castillos), como vienen llamados por la población local, son el resultado de estas erosiones naturales. Los seres humanos también han dejado su huella: visitaremos el museo a cielo abierto para descubrir los restos de la cultura bizantina, un conjunto de iglesias, capillas y monasterios excavados en la roca, entre los cuales la famosa Karanlik Kilise, que mantiene todavía un gran número de frescos. Tras la visita al parque, tendremos nuestra primera cena juntos: disfrutaremos de las delicias de esta región frente a una vista maravillosa del valle, mientras reímos sin parar en la mejor compañía.

El despertador sonará muy pronto esta mañana: nos levantaremos antes de que salga el sol para vivir una experiencia única. Subiremos a bordo de un globo aerostático y nos elevaremos por encima de la ciudad. Ver el amanecer desde aquí, con el valle de Göreme que se confunde majestuoso en el horizonte, será un espectáculo que no olvidaremos fácilmente. Disfrutemos de estos momentos y olvidémonos del caos de nuestra vida cotidiana. La paz y la tranquilidad que se respiran ahí arriba nos regalarán momentos inolvidables. Por la tarde, no iremos muy lejos: visitaremos el valle de Göreme, esta vez desde abajo. En cualquier caso ¡será una experiencia única! Nos quedaremos por aquí hasta el atardecer, ¡así cerramos el círculo!

Por la mañana nos dedicaremos a explorar el valle de Ihlara, una profunda e impresionante garganta ya sea por sus preciosos paisajes que por sus bellezas históricas (hay un montón de iglesias). Descubriremos este lugar encantado, decidiendo qué iglesias visitar y qué rincones fotografiar. Después de explorar esta zona de Capadocia a lomos de un caballo, toca explorarla… ¡desde abajo! Así es, haremos una visita guiada a la ciudad subterránea de Özkonak. Inicialmente fue pensada para proteger al pueblo de las invasiones, por eso, esta ciudad está formada por un conjunto de túneles laberínticos, iglesias y viviendas, todo ello distribuido en ocho niveles a 43 metros de profundidad. Aquí abajo, la sensación claustrofóbica es casi normal, pero muy pronto volveremos a la superficie para disfrutar de una velada en alguna discoteca típica de Göreme.

Volvemos a Estambul: nos despedimos de Capadocia un poco a regañadientes, y cogemos un vuelo interno que nos llevará a donde empezó nuestro viaje. Esta ciudad con antiguos orígenes fue llamada por un cierto tiempo Bizancio, y después Constantinopla, y fue la capital del Imperio Romano, Bizantino, Latino y Otomano: ¡así que esperamos ver una ciudad con mil caras! Después de comer nos sumergiremos en la ciudad empezando desde la Mezquita Azul, el edificio más fotogénico de Estambul. Su nombre deriva de las más de 20 mil baldosas de cerámica turquesa que decoran las paredes de su cúpula. ¡Seguramente nos quedaremos embobados mirando hacia arriba un buen rato! El exterior de la mezquita tampoco se queda atrás: sus grandes arcos, sus líneas curvas y una simetría casi irreal hacen de este un lugar mágico.

Llegaremos hasta la Basilica di Santa Sofía, que hasta el siglo XV fue en realidad la iglesia más importante del cristianismo: de hecho, cuando entremos nos quedaremos una vez más sin habla delante de la majestuosidad y la grandeza de su interior, sobre todo de la cúpula, que fue mandada a construir (como el resto de la basílica) por el Emperador Justiniano. Los juegos de luces que se crean gracias a las ventanas y las decoraciones doradas de la cúpula hacen que la atmósfera tenga un punto místico, y que la cúpula parezca querer echar a volar por encima de la nave. Acabaremos el día explorando el Gran Bazaar, un antiguo mercado que todavía a día de hoy nos ofrece puestecillos para los más exigentes: no nos olvidemos de probar el zumo de granada recién exprimido y de cenar al más puro estilo turco. Obviamente, no puede faltar el kebab, y de postre… ¡baklava! Para nuestra primera cena en Estambul solo tenemos que elegir el lugar que más nos guste. Podremos optar por un buen restaurante con vistas al Bósforo para después lanzarnos directamente a la vida nocturna de esta bulliciosa y extraordinaria ciudad.

Empezaremos el día a lo grande visitando el Palacio Topkapı, un complejo palacial que durante un tiempo fue la residencia del sultán otomano, construido para complacer a Mahoma. Existen cientos de habitaciones que componen los edificios del palacio, pero solo algunas están abiertas al público, como el harén o la tesorería. ¡A ver si las vemos todas! Justo después volveremos bajo tierra por segunda vez en este viaje: bajaremos a la Cisterna Basílica, construido también por encargo del Emperador Justiniano, un lugar que nos dejará maravillados por su simetría arquitectónica. Después de una parada rápida para comer (street food again?) escogeremos entre visitar el Palacio Dolmabahçe, la antigua residencia real del sultán que, como se puede deducir por su fachada neoclásica y por sus elaboradas decoraciones externas, era un amante del lujo, o disfrutar de una tarde libre. Pero tranquilos, podemos decidirlo una vez allí. Después de un merecido descanso, ya estamos listos para otra inolvidable noche juntos: empezamos por un bar típico para seguir por todo lo alto experimentando la vida nocturna de Estambul, en Istiklal Caddesi.

No podíamos pasar nuestra última mañana en tierra turca sin ver la verdadera alma de Estambul, aquella inexplorada de los barrios menos conocidos, entre coloridas casitas de madera, estrechos callejones y calles con aroma a pan recién hecho… así nos ponemos un calzado cómodo, ¡y damos rienda suelta al Indiana Jones que llevamos dentro! Para quien no quiera caminar, existen otras maneras de conocer la ciudad con… ¡una clase de cocina! Vamos a aprender a reconocer los ingredientes más típicos, y sobre todo a usarlos. Por la tarde tendremos tiempo libre: según lo que más nos haya gustado de Turquía, cada uno podremos decidir cómo vivir nuestras últimas horas. Una de las experiencias que no podemos dejar pasar es el hammam (el baño turco). Esta noche son nuestros últimos momentos juntos, así que, ¿lo celebramos probando algún nuevo manjar de este lugar? Aunque tampoco estaría mal tomar un aperitivo con vistas al Bósforo frente a los colores del atardecer que se reflejan en sus aguas.

Check-out y nos despedimos… ¡El tiempo vuela, pero es algo normal cuando se viven nuevas aventuras como esta!