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Check-in en el hotel de París y reunión de bienvenida. París, la Ville Lumière, la ciudad del amor, de la moda y del arte. Una ciudad que no necesita presentación, que encanta y cautiva con su belleza intemporal. Tenemos la suerte de pasar nuestra primera noche juntos en París, así que preparémonos para una inmersión total en la animada vida nocturna parisina.

¿Despertarse en París con el sol brillando y el sabor de mil burbujas desde ya en la lengua? ¡No hay nada mejor para empezar el día con diversión y champagne! Primera mañana: café y croissant (y un último beso en la Torre Eiffel) para despedirnos de la ciudad del amor y luego... ¡en marcha! Nos dirigimos a Reims con la música a todo volumen, cantando a pleno pulmón con nuestros nuevos amigos. Primera etapa: parada en una bodega para sumergirnos en el mágico mundo del champagne. Conoceremos los secretos de esta bebida divina, desde la vendimia hasta la compleja fase de elaboración. Y, por supuesto, ¡habrá una degustación para deleitar nuestros paladares con las mejores burbujas francesas!

Por la tarde, continuaremos hacia Reims, la capital del champagne. Entre risa y risa, exploraremos la ciudad, admirando su espléndida catedral y paseando por las pintorescas calles del casco antiguo. Y por la noche, nos espera un brindis con champagne en un restaurante típico, para terminar con broche de oro este día inolvidable.

¡Un amanecer en Reims! La ciudad del champagne nos espera con su belleza y sus sabores únicos. Por la mañana, saldremos a descubrir Reims: entre una baguette y un croissant, visitaremos la espléndida catedral de Notre-Dame, patrimonio de la UNESCO, y pasaremos por el Palacio du Tau, antigua residencia de los reyes de Francia. Pasearemos por las calles del casco antiguo, admirando la arquitectura típica y perdiéndonos entre las tiendecitas y los cafés.

Por la tarde, ¡otra parada ineludible para los amantes del champagne! Nos espera otra cata en una bodega de renombre, para profundizar en el conocimiento de esta bebida divina y deleitar nuestros paladares con nuevos sabores y aromas. Para cenar, nada mejor que una comida típica en una acogedora trattoria local. Disfrutaremos de especialidades como la potée champenoise (un guiso de carne y verduras), la soupe champenoise (una sopa de champagne y pan) o el coq au champagne (pollo al vino blanco y champagne). Después de la cena, brindaremos con champagne (sí, más champagne) en un restaurante típico para cerrar con broche de oro este día inolvidable.

Despertamos tempranito en Reims: no hay tiempo que perder, París nos espera con sus miles de atracciones y su energía contagiosa. Dejamos las maletas en el hotel y nos dirigimos directamente al centro. Podemos ir a desayunar con vistas a la Torre Eiffel u optar por un paseo por los puestos del mercado de abastos de la rue Mouffetard, para degustar la verdadera alma parisina. Por la tarde podemos dar un paseo en barco por el Sena para admirar París desde otra perspectiva o tonificar los músculos subiendo las escaleras de Montmartre y visitar después la basílica del Sacré-Coeur.

Por la noche, la sugerencia es la de un aperitivo en un club de moda del Marais, una cena en un típico bistró de Saint-Germain-des-Prés o una velada de crepes en Montparnasse: ¡las opciones son prácticamente infinitas! Y para terminar con broche de oro, un espectáculo en el Moulin Rouge o unas copas en un bar de la azotea con vistas a la ciudad iluminada. París es una ciudad que nunca duerme, así que prepárate para divertirte hasta el amanecer. ¿Música en directo en los clubes de Pigalle, una velada en un club de jazz o bailes desenfrenados en una discoteca? Hay para todos los gustos.

Debemos despedirnos: ¡nos vemos muy pronto en una nueva aventura con WeRoad!