Los vuelos ida/vuelta desde España no están incluidos en el precio del viaje, así podrás decidir desde dónde salir, a qué hora y de qué forma prefieres llegar... ¡Lo hacemos así para darte la máxima libertad de elección! Check in en el hotel en Estocolmo y cena de bienvenida. Hemos llegado a la “Venecia del norte” y pronto entenderemos por qué: esta capital europea está ubicada en un archipiélago de 14 islas, todas conectadas por puentes - ¡no faltan las conexiones entre ellas, por supuesto! Rompemos el hielo con una buena primera cena con algunas especialidades locales: aquí no falta pescado fresco, ¡así que solo tenemos que elegir entre salmón, arenque y langosta!

Estocolmo se sitúa entre muchas islas y hoy descubrimos una de ellas: llegamos a Djurgården, que no es solo una isla, sino también un parque. Tiene alrededor de 800 habitantes, así que no esperes encontrar demasiada gente. Sin embargo, hemos venido aquí por otra razón: esta mañana visitamos el Museo Vasa, que exhibe el único barco del siglo XVII que ha permanecido intacto, uno de los galeones más grandes de su tiempo, que se hundió durante su primer viaje. Ya que estamos por estos lares, después de ver el galeón nos dirigimos también al Museo al Aire Libre de Skansen, un gran museo al aire libre que conserva las costumbres de esta zona antes de la era industrial. Por la tarde somos libres: podemos visitar otros museos (aquí en Estocolmo seguro que no faltan) o perdernos por las calles de otras islas, descubriendo los rostros escondidos de la ciudad. Nosotros proponemos hacer un recorrido por el street art… ¡en el metro! Estocolmo es de hecho famosa por sus estaciones de metro, verdaderas obras de arte accesibles para todos.

¡Terminamos el día con el primer momento WOW de este viaje! Nos espera un precioso tren nocturno que nos llevará directamente al corazón de Laponia, a más de mil kilómetros al norte de la capital: dormiremos a bordo del Polar Express. Quién sabe, quizá esta noche en particular sea aún más mágica, ¡con las luces de la aurora boreal filtrándose por las ventanillas!

¿Cómo es despertarse en un tren y ver la naturaleza virgen de Laponia por la ventana? Así nos despertaremos. Haremos una parada rápida para dejar el equipaje en el hotel. ¡Estamos listos para partir! Después de dar un paseo por las calles de Kiruna, aunque solo sea para elegir el restaurante donde comer una buena comida caliente, ¡estamos listos para cumplir el sueño de ir en trineo con perros! Conoceremos a los bonitos huskies con los que recorreremos en trineo durante una hora y media paisajes impresionantes. Y si después aún tenemos energía, no faltarán actividades: aquí puedes hacer de todo, desde pescar en el lago helado hasta un curso de escultura en hielo. ¿Estás listo para probar algo totalmente nuevo?

Hoy salimos de la ciudad y nos trasladamos a Abisko. Esta ciudad es famosa entre los cazadores de auroras porque estamos hablando de una zona sin contaminación lumínica y la más seca del país, gracias a la presencia de montañas que dificultan el paso de las precipitaciones. Aquí los días de cielo despejado son casi 200 de 365, así que si te encuentras en una noche nublada… ¡es tener verdadera mala suerte! Además de la aurora, aquí podemos sumergirnos en el Parque Nacional de Abisco, que, sobre todo en invierno, ofrece escenarios fabulosos e increíbles. Podemos explorarlo a pie, con una caminata corta, con raquetas de nieve o incluso con esquí de fondo: la elección es nuestra.

Hoy tenemos mucho donde elegir. Podemos optar por continuar nuestra inmersión en la naturaleza y la fauna local visitando una granja de renos -¿sabes que los renos se crían mientras que los alces son salvajes? - para conocerlos más de cerca y que nos cuenten todos sus secretos. Si, por el contrario, queremos cambiar de aires y profundizar en la historia y la tradición locales, podemos dirigirnos a un cercano pueblo sami -los que conocemos como esquimales- para que nos cuenten la historia de este pueblo nómada, que se adaptó a un entorno hostil y extremadamente variable y tuvo que hacer frente a los propósitos expansionistas de los reyes llegados de Europa central. Muy cerca se encuentra también el famoso Ice Hotel, el hotel de hielo que se reconstruye cada año y es en realidad un auténtico museo de esculturas de hielo, aquí podemos tomar algo en el famoso Ice Bar -¡hay bebida en hielo!

Después de la visita, decidimos si queremos salir inmediatamente para pasar la última noche de verdad por Laponia en busca de la aurora boreal, o si queremos tomarnos nuestro tiempo para cenar (y beber) tranquilamente, ¡ya que la noche siguiente será en el tren!

Hoy nos levantamos temprano: a las 9 de la mañana dejamos nuestros coches de alquiler y estamos listos y esperando el traslado que nos llevará a una aventura ártica llena de adrenalina: ¡las motos de nieve! Llegamos al depósito donde nuestros guías nos proporcionan un traje de esquí extra para ponernos sobre la ropa de nieve -para no pasar frío- y nos explican todos los trucos sobre la mejor manera de conducir una moto de nieve. Regla número uno: todos en fila uno detrás de otro y siguiendo la ruta de la guía que nos marca el camino, ella evitará que nos quedemos atascados en metros y metros de nieve fresca. Normalmente viajaremos dos personas juntas y habrá momentos para cambiar de guía o para hacer fotos o saborear el ambiente nórdico de cuento de hadas que reina entre los bosques de pinos y abetos cubiertos de nieve. Nuestra excursión durará medio día y -créenos, nuestros brazos necesitarán un descanso- pararemos para un almuerzo típico en medio de la nada, ¿quizá justo en medio de un lago helado?

De vuelta al hotel, tendremos tiempo de coger las mochilas y salir pitando hacia la estación de tren de Kiruna: ¡vuelta a Estocolmo en el Polar Express! ¿Tendremos la suerte de ver auroras boreales desde la ventana de nuestra litera?

¡Llegamos a la estación de Estocolmo a las 9 de la mañana! Piensa en coger el vuelo de regreso a España por la tarde, de modo que tengas suficiente tiempo para pasar unas últimas horas en la ciudad e ir al aeropuerto con tranquilidad. Dicho esto, adiós Suecia y adiós compañeros de viaje: ¡hasta la próxima aventura con WeRoad!