Nos encontramos en nuestro primer alojamiento en Bolonia: desde aquí arranca nuestra aventura por el norte de Italia. Dejamos las mochilas, nos acomodamos... ¡y comienza el viaje! Damos un primer paseo por el centro histórico, entre soportales infinitos, torres medievales y callejuelas llenas de vida. Por la noche, nos espera una cena con todo el sabor de la cocina boloñesa: tagliatelle al ragù, mortadela y buen vino local. Y como es tradición... ¡brindamos por el comienzo de esta experiencia! ¿Después? La ciudad universitaria cobra vida: nos dejamos llevar por su ambiente joven y animado.

Empezamos el segundo día con una inmersión total en el corazón histórico de Bolonia. Paseamos bajo sus característicos pórticos, visitamos la majestuosa Piazza Maggiore, admiramos la Basílica de San Petronio y subimos (quien se anime) a la Torre degli Asinelli para disfrutar de las mejores vistas de la ciudad. También exploramos el encantador Quadrilatero, el antiguo mercado medieval, lleno de tiendas, productos locales y aromas irresistibles.

Por la tarde, nos despedimos de Bolonia y tomamos el tren rumbo a Verona, ciudad de amor y leyenda. En poco más de una hora llegamos a nuestro nuevo destino, donde nos espera una deliciosa cena en algún restaurante emblemático del centro histórico, ideal para probar la cocina local con vistas a la romántica Piazza delle Erbe o cerca del imponente anfiteatro romano. Una forma perfecta de cerrar el día y dar la bienvenida al encanto veronés.

El día comienza en Verona, una ciudad que parece sacada de una obra de teatro. Paseamos por su encantador centro histórico, empezando por la majestuosa Piazza delle Erbe, rodeada de palacios, torres y coloridos mercados. Subimos a la Torre dei Lamberti para disfrutar de una vista panorámica de la ciudad y después nos dejamos llevar por el ambiente romántico en el célebre balcón de Julieta, símbolo universal del amor. Recorremos callejuelas adoquinadas hasta llegar al imponente Arena de Verona, uno de los anfiteatros romanos mejor conservados, donde aún se celebran conciertos y óperas. Si el tiempo lo permite, nos escapamos hasta el Santuario della Madonna di Lourdes, en lo alto de una colina, para contemplar las vistas más espectaculares de Verona.

Por la tarde, dejamos atrás Verona y tomamos el tren rumbo a nuestra siguiente parada: Venecia. Al llegar, nos sumergimos de inmediato en su atmósfera única, con sus callejuelas, puentes y reflejos dorados sobre el agua. La jornada termina con una cena inolvidable en un restaurante con vistas a los canales, donde el sonido del agua y el vaivén de las góndolas acompañan nuestro brindis por esta nueva etapa del viaje.

Hoy exploramos la mágica Venecia. Empezamos en la icónica Plaza de San Marcos, donde visitamos la espectacular Basílica de San Marcos y el fascinante Palacio Ducal, cruzando después el célebre Puente de los Suspiros. Paseamos junto al Gran Canal, admirando sus palacios y vida vibrante, y nos perdemos por los encantadores barrios de Cannaregio y Dorsoduro, descubriendo plazas escondidas y rincones auténticos. Visitamos puentes legendarios como el Rialto y callejeamos entre tiendas, cafeterías y canales. Al atardecer, nos dirigimos al Puente de la Academia o la explanada frente a la Basílica de Santa Maria della Salute para despedir el día con las mejores vistas del sol cayendo sobre la laguna. Por la noche, celebramos nuestra cena de despedida en un lugar mágico, donde brindamos por los recuerdos compartidos y el encanto eterno de esta ciudad única sobre el agua.

En solo unos días hemos recorrido ciudades llenas de historia, arte y paisajes que nos han dejado sin aliento. Desde los sabores de Bolonia hasta la magia de Venecia, este viaje ha sido intenso y maravilloso. ¡Nos vemos en el próximo WeRoad!